Por Diana Maldonado Lasso.
Desde el movimiento cannábico siempre se ha promulgado y se insiste en que lo mejor es el autocultivo. De lo que no me cabe duda alguna. Se lo incentiva mediante talleres, tutoriales, blogs, etc. Es una salida a lo que representa el narcotráfico. Sin mencionar la calidad de lo autocultivado. Sin embargo ¿todos podemos cultivar?
Si me preguntan, les diría que no, y entre las razones están que autocultivar es elitista y un privilegio. ¿Por qué? Pues, porque:
Empezando, no todas las personas cannábicas tienen un lugar seguro para usarla, menos para cultivarla.
Las semillas, los insumos y todo lo necesario para tener un buen cultivo y cosecha son costosos. No todas las personas pueden costearlos. Y si hablamos de un indoor, más caro aún.
No en todos los países el autocultivo no es penado por la ley.
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En algunos países en los que esta permitido el autocultivo todavía hay persecución y criminalización. La presunción de inocencia es casi inexistente. Esto se convierte en un cuadro de terror que nadie quiere vivir.
El tiempo. Cultivar requiere así sea un mínimo de tiempo diario y no todas las personas constan con él.
Condiciones, contextos, circunstancias, presupuestos se amalgaman para crear una realidad exclusiva de cada persona.
Escucho comentarios llenos de superioridad moral de algunas personas que usan cannabis de autocultivo frente a otras que lo compran en la calle. “¡Autocultiva, no compres!” es la expresión más recurrente pero… ¿ya tomaron en cuenta los puntos anteriores antes de lapidar “al otro”?
Estamos de acuerdo que usar cannabis cultivado por nosotros mismos es lo mejor pero considero que atacar o menospreciar a otras personas no es el camino. Posiblemente una solución sea aterrizar el autocultivo a las personas con menos o ningún privilegio mediante clubes sociales cannábicos, espacios seguros para usar cannabis o por qué no? Por huertos comunitarios de cannabis. Proyectos en los que los cultivadores participen compartiendo sus conocimientos y experiencias con el cannabis.
Recordemos que la lucha no es contra nosotros sino contra el sistema establecido que nos criminaliza, nos segrega y hasta discrimina.
